COMENTARIO DE TEXTO RESUELTO: EL DECAMERÓN

  Aquí os dejo un comentario resuelto del Decamerón, por si os resulta útil.

- Señor mío, la cuestión que me proponéis es fina, y para poder deciros lo que pienso
de ella querría contaros el cuentecillo que vais a oír. Si no me equivoco, me acuerdo de haber
oído decir muchas veces que hubo una vez un hombre grande y rico que, entre las otras joyas
más caras que tenía en su tesoro, tenía un anillo bellísimo y precioso al que, queriendo hace
honor por su valor y su belleza y dejarlo perpetuamente a sus descendientes ordenó que aquel
de sus hijos a quien, habiéndoselo dejado él, le fuese encontrado aquel anillo, que se entendiese
que él era su heredero y debiese ser por todos los demás honrado y reverenciado como a
mayorazgo, ya que a quien fue dejado por éste guardó el mismo orden con sus descendiente e
hizo tal como había hecho su predecesor. Y, en resumen, este anillo anduvo de mano en mano
de muchos sucesores y últimamente llegó a las manos de uno que tenía tres hijos hermosos y
virtuosos y muy obedientes al padre por lo que amaba a los tres por igual. Y los jóvenes, que
conocían la costumbre del anillo, deseoso cada uno de ser el más honrado entre los suyos, cada
uno por sí, como mejor sabían, rogaban al padre, que era ya viejo, que cuando sintiese llegar
la muerte, a él le dejase el anillo. El honrado hombre, que por igual amaba a todos, no sabía
él mismo elegir a cuál debiese dejárselo y pensó, habiéndoselo prometido a todos, en satisfacer
a los tres: y secretamente a un buen orfebre le encargó otros dos, los cuales fueron tan
semejantes al primero que el mismo que los había hecho hacer apenas distinguía cuál fuese el
verdadero; y sintiendo llegar la muerte, secretamente dio el suyo a cada uno de sus hijos. Los
cuales, después de la muerte del padre, queriendo cada uno posesionarse de la herencia y el
honor, y negándoselo el uno al otro, como testimonio de hacerlo con todo derecho, cada uno
mostró su anillo; y encontrados los anillos tan iguales el uno al otro que cuál fuese el
verdadero no sabía distinguirse, se quedó pendiente la cuestión de quién fuese el verdadero
heredero del padre, y sigue pendiente todavía. Y lo mismo os digo, señor mío, de las tres leyes
dadas a los tres pueblos por Dios padre sobre las que me propusisteis una cuestión: cada uno
su herencia, su verdadera ley y sus mandamientos cree rectamente tener y cumplir, pero de
quién la tenga, como de los anillos, todavía está pendiente la cuestión.

Conoció Saladino que éste había sabido salir óptimamente del lazo que le había
tendido y por ello se dispuso a manifestarle sus necesidades y ver si quería servirle; y así lo
hizo, manifestándole lo que había tenido en el ánimo hacerle si él tan discretamente como lo
había hecho no le hubiera respondido. El judío le sirvió libremente con toda la cantidad que
Saladino le pidió y luego Saladino se la restituyó enteramente, y además de ello le dio
grandísimos dones y siempre por amigo suyo lo tuvo y en grande y honrado estado lo conservó
junto a él.

Decamerón de Giovanni Boccaccio: Primera jornada, novela tercera.

1.- Exponga el contenido del fragmento y relaciónelo con la totalidad de la obra.

La historia de los tres anillos es una breve narración incluida dentro de uno de los cuentos
que configuran la Jornada I del Decamerón. Boccaccio construye su obra alrededor de los
relatos que 10 jóvenes (tres muchachos y siete muchachas), pertenecientes a la burguesía
rica y cultivada de Florencia, se cuentan entre ellos cuando, para huir de los estragos que
causa la peste en su ciudad, se refugian en una casa de campo y se imponen el juego de
relatar cada uno un cuento a lo largo de cada día de encierro. De esta forma, en diez días
(deca, «diez», hemera, «día») se narran cien cuentos. Cada jornada es presidida por quien es
nombrado rey o reina del día, que posee el privilegio de escoger el tema que tratarán los
relatos. Durante la primera jornada, a la que pertenece el texto comentado, hay libertad en
el tema y los cuentos son de carácter tradicional (alguno de ellos de origen árabe) o
anecdótico.
En el relato que nos ocupa, Melquisedec —un rico judío— sortea una trampa que le tiende
Saladino, sultán de Babilonia, quien desea conseguir que el judío se vea obligado a hacerle
un préstamo. Melquisedec emplea su ingenio (tema recurrente en la obra) para responder
la difícil pregunta de cuál de las tres religiones monoteístas es la verdadera. Recurre para
ello a narrar una historia en la que compara las tres religiones con tres anillos idénticos,
legados por un hombre rico a sus tres hijos, pues los ama a todos por igual y no quiere dejar
su herencia a uno solo.
Así, podemos decir que dentro del conjunto de la obra este breve relato funcionaría, en un
primer nivel de lectura, a modo de cuento tradicional con intención didáctica, pues ofrece
una enseñanza y un ejemplo de comportamiento; pero, al mismo tiempo, en un segundo
nivel, serviría al autor para abordar una cuestión más general de carácter religioso .

2. Analice las características formales del texto. Esta pregunta se debe desarrollar
teniendo en cuenta la tipología del texto: narrativo, poético o dramático. Hemos de tener en
cuenta que el texto propuesto es un cuento, es decir, un texto narrativo (en este caso en
prosa).

El fragmento propuesto es una breve narración que se incluye, a su vez, dentro de otra, lo
que reproduce uno de los artificios estructurales característicos de la obra: la "historia
dentro de la historia". Esto hace que la figura del narrador se desdoble en diferentes voces.
Es el judío Melquisedec (uno de los personajes del cuento que está siendo narrado por uno
de los jóvenes burgueses protagonistas de la obra) quien relata, a su vez, este cuento a otro
personaje que funciona dentro del relato como receptor explícito: Saladino.
Toda la narración está marcada por una clara finalidad didáctica. No obstante, aunque esta
intención de Boccaccio hace que predomine la idea sobre la acción, el estilo elegante con
que este didactismo se plasma, aporta al relato un valor artístico que va más allá del
contenido doctrinal. No en vano, podemos decir que el Decamerón es la primera obra
maestra de la prosa europea moderna y que Boccaccio, que recreó en su obra la "novella",
la anécdota o el cuentecillo en lengua italiana, demuestra las posibilidades literarias de esta
lengua vernácula frente al latín predominante.
El texto presenta un léxico sencillo pero preciso y suprime los detalles marginales para
centrarse en el meollo narrativo pues, como hemos mencionado, se pretende poner una
anécdota al servicio de una idea. Así, son notas predominantes del cuento: la
atemporalidad y falta de ubicación concreta del relato (“Hubo una vez un hombre grande y
rico”, “Este anillo anduvo de mano en mano de muchos sucesores y últimamente llegó
a...”); así como la esquematización de los personajes, de quienes apenas se facilitan
algunos datos acerca de su personalidad (“Uno que tenía tres hijos hermosos y virtuosos y
muy obedientes al padre por lo que amaba a los tres por igual”).Literatura universal: modelo de comentario texto narrativo PAU
Los acontecimientos se ordenan de forma lineal y son presentados a través de un estilo
sencillo, sin artificios, muy apropiado a la hora de transmitir una enseñanza. Esto se
encuentra en relación con el gusto de la sociedad prerrenacentista por la inteligencia y la
astucia y, a la vez, con la finalidad didáctica de la tradición de los “exempla” a la que el
cuento nos remite (y que encontramos también, por referirnos a una obra castellana, en El
conde Lucanor).
3. Comente la producción literaria del autor, con especial atención a la obra
seleccionada.

Boccaccio (1313-1375) escribió diversas obras en italiano que servirían de inspiración para
otros autores humanistas. Entre ellas podemos destacar la Elegía de Madonna Fiammetta, el
Corbaccio, un tratado sobre las mujeres, de evidente misoginia, o Filostrato, de tema pastoril,
(poema en octava rima, una forma métrica que Boccaccio llevó a la perfección). También
escribió una vida de Dante, con un comentario de la Divina Comedia, y varias obras
eruditas, científicas y poéticas en latín.
El Decamerón, que compuso entre 1350 y 1355, y a la que pertenece el texto comentado, es
su obra más importante y una de las obras maestras de la literatura universal. Se trata de un
amplio conjunto de cuentos, cien en total, que supera el género de las colecciones de
cuentos medievales por su gran modernidad. Para engarzar estas cien historias, Boccaccio,
sigue una técnica heredada de la tradición oriental: parte de una historia-marco y de un
narrador principal (como Sheherezade en Las mil y una noches) que, a lo largo de varias
jornadas, va encadenando las historias que componen el texto. Así, nos cuenta que la peste
que golpea Florencia en 1348 provoca que un grupo de diez jóvenes (siete mujeres y tres
hombres) se refugien, huyendo de la plaga, en una villa en las afueras de Florencia.
Durante diez días, para distraerse, cada miembro del grupo cuenta diariamente una
historia, lo que supone un total de cien historias. Además, cada uno de los diez personajes
será rey o reina uno de los días, lo que le permitirá elegir los temas de las narraciones. Por
medio de esta sencilla técnica, Boccaccio pretende dotar a su obra de una cohesión interna
de la que carecían las obras narrativas de su tiempo: se trata de un paso más hacia la
creación de la novela moderna. Recordemos que los que hoy entendemos por novela es un
texto de gran extensión con una estructura bien definida, coherente, con sentido unitario,
que desarrolla por lo general un argumento de principio a fin. El Decamerón no desarrolla
realmente un argumento unitario y carece de la cohesión de una novela, pero Boccaccio,
consciente de las carencias de la narrativa de su tiempo, hace un esfuerzo por ir más allá de
la mera recopilación de cuentos e historias, por ello las cien narraciones que componen la
obra cuentan con un hilo conductor, unas características comunes, unos personajes y un
ambiente que aportan cierta apariencia de unidad.
De forma general, podemos decir que el Decamerón anticipa lo que será la literatura
renacentista, pues se ocupa sobre todo de aspectos humanos, frente al predominio de los
teológicos y religiosos de la etapa anterior. El propio Boccaccio, en la introducción a la
jornada IV, expone esta nueva mentalidad al defender opiniones referentes a la defensa del
erotismo como algo natural, la libertad artística, el derecho a la literatura escrita en italiano
y en prosa o la aceptación de la imperfección del mundo como algo natural.
En este sentido, aunque el cuento analizado aborda una cuestión de orden religioso, lo
hace de manera subsidiaria, ya que es la inteligencia humana lo que verdaderamente se
establece como eje temático: lo importante es el modo en que el judío Melquisedec evita,
gracias a su agudeza, la peligrosa trampa que Saladino le había tendido. Podemos decir,
por tanto, que el tema del texto analizado sintoniza con unos relatos profanos reflejo de la
la mentalidad burguesa que subyace en la obra.

4. Sitúe al autor en su contexto histórico-literario

La obra de Boccaccio tiene como marco la encrucijada entre la Edad Media y el
Renacimiento. Aunque sus escritos todavía poseen muchos rasgos propios del Medievo, el
autor del Decamerón inaugura, junto con Dante y Petrarca, el Renacimiento para la
literatura europea. Si bien el lenguaje y el estilo de Boccaccio aún distan mucho del
equilibrio y la armonía que, junto a la búsqueda espiritual, son los rasgos más
sobresalientes del Renacimiento, nuestro autor pertenece, sin duda, a la nueva era tanto por
sus intereses como por su mentalidad. Boccaccio, en sus escritos, de un laicismo evidente,
se interesa por el hombre, su conducta, su modo de habitar en sociedad; sus vicios y
virtudes; sus inquietudes e imperfecciones.
El esmero con que el autor cuida la lengua italiana es un rasgo más del creciente
humanismo que invade Italia y se extenderá, poco después, a Europa entera. La Edad
Media toca a su fin y el teocentrismo cede paso al antropocentrismo; la mentalidad se
vuelve más crítica y racional; por todas partes surgen voces que claman por una renovación
de las costumbres, los ideales, las relaciones sociales, las ciencias y el conocimiento.
Boccaccio es un claro exponente del Humanismo pues estudia a los clásicos y se apropia de
su forma de ver el mundo; goza con la sensualidad de los viejos escritos y la repite en sus
propios textos, cargados de vitalidad y goces sensoriales. Pero además, Giovanni Boccaccio
ataca o ridiculiza, como pocos, los vicios de la Iglesia y con ellos la forma de ver el mundo
que ha dominado la época medieval, defendiendo un moderno modo de vivir, hecho a la
medida del ser humano y su mundo.



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